El día
de los Fieles Difuntos es ocasión para reflexionar sobre la vida, para hallar su
verdadera sabiduría y sentido, que son la sabiduría y el sentido del Dios que
nos ama y nos salva y cuya gloria es la Vida del hombre.
El día de los Difuntos es igualmente tiempo para recordar
–volver a traer al corazón- la memoria de los difuntos de cada uno, de cada
persona, de cada familia, y para dar gracias a Dios por ellos. Así
comprobaremos cómo todavía viven, de algún modo, en nosotros mismos; para
comprobar, que somos lo que somos gracias, en alguna medida, a ellos; que ellos
interceden desde el cielo por nosotros y cómo tienen aún tanto que
enseñarnos y ayudarnos.
Por eso también, el día de los Difuntos es ocasión asimismo
para rezar por difuntos. Escribía hace más de medio siglo el Papa Pío XII: “OH
misterio insondable que la salvación de unos dependa de las oraciones y
voluntarias mortificaciones de otros”. La Palabra de Dios, ya desde el Antiguo
Testamento, nos recuerda que “es bueno y necesario rezar por los difuntos para
que encuentren su descanso eterno”.
El día de los Difuntos es además una nueva y plástica
catequesis sobre los llamados “novísimos”: muerte, juicio y eternidad. Nos
recuerda el estadio intermedio a la gloria, al cielo: el purgatorio, y la
necesidad de rezar por nuestros hermanos (“las ánimas del purgatorio”) allí
presentes para que pronto purguen sus deficiencias y pasan al gozo eterno de la
visión de Dios.
Meses antes de fallecer, en junio de 1991, ya muy
visitado por la hermana enfermedad, el periodista, sacerdote, escritor y poeta
José Luis Martín Descalzo, escribió, con jirones de su propio cuerpo y de su
propia alma, estos versos bellísimos y tan cristianos sobre la muerte:
“Morir sólo es morir. Morir se acaba.
Morir es una hoguera fugitiva.
Es cruzar una puerta a la deriva
y encontrar lo que tanto se buscaba.
Acabar de llorar y hacer preguntas,
ver al Amor sin enigmas ni espejos;
descansar y vivir en la ternura;
tener la paz , la luz, la casa juntas
y hallar, dejando los dolores lejos,
la Noche-luz tras tanta noche oscura”.
Jesús de las Heras Muela
(Director de ECCLESIA y de ECCLESIA DIGITAL)
No hay comentarios:
Publicar un comentario