1.-LLEGA SIEMPRE PUNTUAL, INCLUSO ANTES DE INICIAR LA
EUCARISTÍA.
Recordar que el primer precepto de la Iglesia, que existe
desde el siglo IV, es oír Misa completa o misa entera todos los domingos y
fiestas de guardar y no realizar trabajos y actividades que puedan impedir la
santificación de estos días.Para esto es importante llegar a tiempo a la iglesia. ¿Para qué? Para prepararnos espiritualmente en oración haciendo nuestra oración personal.
2.- ENTRANDO AL TEMPLO TU PRIMERA ACCIÓN DEBE SER SALUDAR AL SEÑOR.
Nunca entres despistado(a). Acto seguido ir a buscar el Sagrario. Habrá una luz encendida indicando su lugar dónde está reservado el Santísimo sacramento.
3.- SI TIENES QUE MOVERTE DENTRO DE LA IGLESIA HAZLO CON
RESPETO.
Y cuando tengas que pasar de lado a lado de la misma, pasando
frente al altar, haz genuflexión o, si
no pudieras, una reverencia profunda.
4.- GUARDA SILENCIO.
Habrá personas orando o preparándose para la confesión o
confesándose. Permanece en silencio u orando como preparación personal, y para respetar el momento de los demás con
Dios. Observar el silencio antes, durante
y después de la celebración; a excepción cuando necesariamente se ha de cantar
o responder a las acciones litúrgicas.Considera que la eucaristía es algo sagrado; esto implica apagar o silenciar el teléfono móvil.
5.- VÍSTETE CON DECENCIA EN LA CASA DE DIOS.
Viste bien, pero por la dignidad del lugar y del momento
y no para que te luzcas ante la gente. No lleves vestimentas atrevidas aunque
haga calor.
6.- GUARDA EL
AYUNO EUCARÍSTICO.
La Iglesia nos exige por norma un ayuno eucarístico de 1
hora de comida y bebida antes de la sagrada comunión, a excepción del agua y
las medicinas. El ayuno incluye el
chicle antes y durante la celebración. Observar esta norma es signo de máximo
respeto de quien identifica la presencia real de Cristo en la Eucaristía; es
también la preparación y correcta disposición para recibir al Señor.
7.- CONTROLA A TUS HIJOS PEQUEÑOS.
Si son pequeños evita que jueguen molestando a los demás
y edúcalos en el respeto que merecen el lugar y el momento; así sabrán la
importancia que tiene.
8.- CUIDA EL
AMBIENTE DE ORACIÓN.
Dice Jesús: “Mi
casa será llamada casa de oración” (Mt 21,13). Por tanto el templo parroquial
no es lugar para tertulias; no confundas la iglesia con una cafetería, no te
sientes con las piernas cruzadas como en los actos o reuniones sociales.
9.- PARTICIPA ACTIVAMENTE DE LA EUCARISTÍA.
Deja tus lecturas y devociones para otro momento, ya sea
para antes o para después de la misa. Vívela ofreciéndote con Cristo el Padre.
Escucha con atención. Responde
conscientemente. Da gracias. Pide y
adora. Durante la misa evita los desplazamientos innecesarios como peregrinar
frente a imágenes dispuestas para la devoción.
10.- NO FAVOREZCAS LA DISTRACCIÓN.
En misa abandona todo otro asunto o pensamiento. No
desvalorices la misa con un corazón dividido, pensando en tus asuntos fuera de
misa. No te ocupes en banalidades.
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