viernes, 7 de noviembre de 2014

DECÁLOGO PARA UNA ACTITUD ADECUADA EN LA CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA



1.-LLEGA SIEMPRE PUNTUAL, INCLUSO ANTES DE INICIAR LA EUCARISTÍA.
Recordar que el primer precepto de la Iglesia, que existe desde el siglo IV, es oír Misa completa o misa entera todos los domingos y fiestas de guardar y no realizar trabajos y actividades que puedan impedir la santificación de estos días.
 Para esto es importante llegar a tiempo a la iglesia. ¿Para qué? Para prepararnos espiritualmente en oración haciendo nuestra oración personal.

2.- ENTRANDO AL TEMPLO TU PRIMERA ACCIÓN DEBE SER SALUDAR AL SEÑOR.
 Nunca entres despistado(a). Acto seguido ir a buscar el Sagrario. Habrá una luz encendida indicando su lugar dónde está reservado el Santísimo sacramento.

3.- SI TIENES QUE MOVERTE DENTRO DE LA IGLESIA HAZLO CON RESPETO.
Y cuando tengas que pasar de lado a lado de la misma, pasando frente al altar, haz genuflexión o,  si no pudieras, una reverencia profunda.

4.-  GUARDA  SILENCIO.
Habrá personas orando o preparándose para la confesión o confesándose. Permanece en silencio u orando como preparación personal,  y para respetar el momento de los demás con Dios.  Observar el silencio antes, durante y después de la celebración; a excepción cuando necesariamente se ha de cantar o responder a las acciones litúrgicas.
 Considera que la eucaristía es algo sagrado; esto implica apagar o silenciar el teléfono móvil.

5.- VÍSTETE CON DECENCIA EN LA CASA DE DIOS.
Viste bien, pero por la dignidad del lugar y del momento y no para que te luzcas ante la gente. No lleves vestimentas atrevidas aunque haga calor.

 6.- GUARDA EL AYUNO EUCARÍSTICO.
La Iglesia nos exige por norma un ayuno eucarístico de 1 hora de comida y bebida antes de la sagrada comunión, a excepción del agua y las medicinas.  El ayuno incluye el chicle antes y durante la celebración. Observar esta norma es signo de máximo respeto de quien identifica la presencia real de Cristo en la Eucaristía; es también la preparación y correcta disposición para recibir al Señor.

7.- CONTROLA A TUS HIJOS PEQUEÑOS.
Si son pequeños evita que jueguen molestando a los demás y edúcalos en el respeto que merecen el lugar y el momento; así sabrán la importancia que tiene.

 8.- CUIDA EL AMBIENTE DE ORACIÓN.
 Dice Jesús: “Mi casa será llamada casa de oración” (Mt 21,13). Por tanto el templo parroquial no es lugar para tertulias; no confundas la iglesia con una cafetería, no te sientes con las piernas cruzadas como en los actos o reuniones sociales.

9.- PARTICIPA ACTIVAMENTE DE LA EUCARISTÍA.
Deja tus lecturas y devociones para otro momento, ya sea para antes o para después de la misa. Vívela ofreciéndote con Cristo el Padre. Escucha con atención.  Responde conscientemente. Da  gracias. Pide y adora. Durante la misa evita los desplazamientos innecesarios como peregrinar frente a imágenes dispuestas para la devoción.

10.- NO FAVOREZCAS LA DISTRACCIÓN.
En misa abandona todo otro asunto o pensamiento. No desvalorices la misa con un corazón dividido, pensando en tus asuntos fuera de misa.  No te ocupes en banalidades.

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