El lema de este
año, con motivo del Día de la Iglesia Diocesana, nos recuerda lo importante que
es, para cada católico, participar en la parroquia. Es el camino más recto,
sencillo e inmediato, desde los principios del Evangelio, de participar en la
vida de la Iglesia. Cada parroquia hace visible y cercana la vida de la Iglesia
diocesana y de la única Iglesia de Dios extendida por todo el mundo.
La parroquia, por definición, es
cercanía, es presencia real de la Iglesia en nuestros pueblos y en las
barriadas de nuestras ciudades. Allí tenemos al alcance de la mano los
sacramentos, en cada uno de los cuales tenemos ocasión para el encuentro con
Dios, con su amor, con su salvación. Allí se nos ofrece el anuncio de la Buena
Noticia del Evangelio, la Palabra de Dios, tanto en las celebraciones como en
la catequesis y en su acción evangelizadora para dar a todos la luz y la
esperanza de Dios. Y allí, finalmente, desde la caridad que nace de la fe, se
acoge y se trata de ayudar de muy diversas formas a la humanidad en la que está
inserta.
Como cristianos
católicos, no sólo estamos llamados a alimentar nuestra vida de fe con la
Palabra de Dios y los sacramentos en las parroquias, sino, que además, se nos
pide transmitir la fe en las familias y salir a ser portadores de la alegría
del Evangelio en nuestro pueblo o en nuestro barrio, en el trabajo, en la
comunidad de vecinos, en la vida cotidiana. A todo esto, también nos ayudará nuestra
parroquia, en la medida en que entre todos la configuremos como algo vivo.
Siempre ha sido
una declaración de principios, una muestra de coherencia, no solo recibir de mi
parroquia, sino darle lo que he podido: mi tiempo, mis cualidades, mi ayuda
material… para hacer juntos, como una gran familia de familias, como un gran
hogar de los creyentes en Jesús, el Señor, la presencia y la labor de la
Iglesia en nuestro barrio, en nuestro pueblo.
Sirva esta
oportunidad que me brinda el Día de la Iglesia Diocesana, para decir mi palabra
de aprecio y valoración de nuestras parroquias en aquellos que, por vuestra
participación y amor a ellas, hacéis una declaración continua de principios y
de coherencia creyente. A todos os pido seguir creciendo en participación, en
compromiso y ayuda económica a nuestras comunidades. Recordad que allí hacéis
Iglesia, que allí la Iglesia os necesita.
Ayudad. Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario