jueves, 13 de noviembre de 2014

CUANDO TENGO MUCHAS COSAS QUE HACER, NECESITO MÁS LA ORACIÓN


Me levanté temprano una mañana, y me lancé a aprovechar el día.

Tenía tantas cosas que hacer, que no tuve tiempo para rezar.

“¿Por qué no me ayuda Dios?”- me preguntaba.

Y El me respondió: - “No me los has pedido”.

Quería sentir la alegría y la belleza, pero el día continuó triste y sombrío. Me preguntaba por qué Dios no me las había dado. Y El me dijo: “Es que no me lo has pedido”.

Intenté abrirme paso hasta la presencia de Dios, y probé todas mis llaves en la cerradura pero no pude abrir. Y Dios me dijo paciente y amorosamente: -“Hijo, no has llamado a la puerta”

Pero esta mañana me levanté temprano, y me tomé una pausa antes de meterme de lleno en las tareas del día.


Tenía tantas cosas que hacer, que tuve que tomarme tiempo para orar.

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