miércoles, 20 de noviembre de 2013

PREPARANDO EL EVANGELIO DEL PRÓXIMO DOMINGO: CRISTO REY

Gracias a la colaboración de un feligrés que es publicista estamos confeccionando unos carteles impactantes que motiven la lectura del evangelio dominical y la participación en la eucaristía a personas que, por las razones que sean, estén alejados de la vida cristiana. Son un modo nuevo de esparcir la semilla de la Buena Nueva en el campo del mundo. Espero que os guste la iniciativa.
 
Del Evangelio según San Lucas 23, 35-43:
 

martes, 19 de noviembre de 2013

ME HAN DICHO SIEMPRE QUE TU NO EXISTES...

Testimonio de un joven soldado ruso, Aleksander Zacepa,  que cuando murió en la II Guerra Mundial encontraron una preciosa oración en el bolsillo de su chaqueta.

¡Escucha, oh Dios! En mi vida no he hablado ni una sola vez contigo,
pero hoy me vienen ganas de hacer fiesta.
Desde pequeño me han dicho siempre que Tú no existes...
Y yo, como un idiota, lo he creído.

Nunca he contemplado tus obras,
pero esta noche he visto desde el cráter de una granada el cielo lleno de estrellas
y he quedado fascinado por su resplandor.
En ese instante he comprendido qué terrible es el engaño...

No sé, oh Dios, si me darás tu mano,
pero te digo que Tú me entiendes...
¿No es algo raro que en medio de un espantoso infierno
se me haya aparecido la luz y te haya descubierto?

No tengo nada más que decirte.
Me siento feliz, pues te he conocido.
A medianoche tenemos que atacar,
pero no tengo miedo,
Tú nos ves.

¡Han dado la señal!
Me tengo que ir.
¡Qué bien se estaba contigo!
Quiero decirte, y Tú lo sabes, que la batalla será dura:
quizá esta noche vaya a tocar a tu puerta.
Y si bien hasta ahora no he sido tu amigo, cuando vaya,
¿me dejarás entrar?

Pero, ¿qué me pasa? ¿Lloro?
Dios mío, mira lo que me ha pasado.
Sólo ahora he comenzado a ver con claridad...
Dios mío, me voy... Será difícil regresar.
Qué raro, ahora la muerte no me da miedo".

domingo, 18 de agosto de 2013

REFLEXIÓN SOBRE EL EVANGELIO DEL DOMINGO XX (C)



“¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz?. No, sino división”
¿Cómo entender esta expresión tan fuerte del Señor?
 
La paz que Cristo vino a traer
-  no es sinónimo de una simple ausencia de conflictos.
- no es una especie de conformismo ante las injusticias reinantes
-  no puede ser una apática indiferencia ante los atentados contra la vida humana en todas sus dimensiones
no puede ser silencio ante las mentiras que manipulan a las gentes
-  no puede ser tranquilidad ante la difusión del mal en todas sus formas
-   no es un estar mirando hacia otro lado cuando se pisotean los derechos de Dios y del hombre
Si  así fuera se cumplirían una vez más aquellas palabras que tanto hemos oído “El triunfo del mal es posible gracias a la pasividad de los buenos”. O mejor estas palabras del Papa Francisco que nos despiertan de nuestro letargo de “buenismo”: “Le tengo miedo a los cristianos que están quietos. Terminan como el agua estancada”.
La paz de Cristo
-          es fruto de una guerra, de una lucha contra el mal. No es un combate contra hombres o poderes humanos, sino contra el enemigo de Dios y del hombre, Satanás que va difundiendo su anti-evangelio a través de personas e instituciones. Incluso a veces hemos sido cada uno de nosotros los sembradores de esta sombra, o bien por omisión o por comisión, participando con palabras o hechos en acontecimientos que se oponen a Jesucristo y su Evangelio.
-          es fruto de una guerra que consiste en “ahogar el mal con abundancia de bien”. Como nos dirá San Francisco: donde hay odio, poner amor; donde hay mentira, verdad; donde hay duda, fe…
Aquellos que quieren ser fieles al Señor, a ese amor que es fuego, luz y verdad, deberán sufrir necesariamente las incomprensiones  de los que no quieren acoger ni el fuego, ni la luz, ni el amor, ni la verdad de Cristo. Y, sin buscarlo, esos cristianos se convertirán, como Cristo, en signos de contradicción incluso dentro de su misma casa.

viernes, 2 de agosto de 2013

ENTREVISTA EN CASTELLANO AL PAPA EN UNA TV DE BRASIL

Antes de la famosa entrevista que los periodistas hicieron al Papa en el avión cuando regresaba de la JMJ, una cadena televisiva brasileña realizó la siguiente entrevista al Papa Francisco que podemos escuchar perfectamente en castellano.





http://vmm-enpositivo.blogspot.com.es/2013/08/entrevista-en-castellano-al-papa-en-tv.html


REFLEXIONES SOBRE EL EVANGELIO DEL DOMINGO XVIII (C)

1.En el Evangelio de este domingo, la enseñanza de Jesús se refiere precisamente a  la verdadera sabiduría y está introducida por la petición de uno entre la multitud:  «Maestro, di a mi hermano que reparta conmigo la herencia» ( Lc 12, 13). Jesús,  respondiendo, pone en guardia a quienes le oyen sobre la avidez de los bienes  terrenos con la parábola del rico necio, quien, habiendo  acumulado para él una  abundante cosecha, deja de trabajar, consume sus bienes divirtiéndose y se hace la  ilusión hasta de poder alejar la muerte. Pero Dios le dijo: “Necio! Esta misma  noche te reclamarán el alma; las cosas que preparaste, para quién serán?”  ( Lc 12, 20). El hombre necio, en la Biblia, es aquel que no quiere darse cuenta,  desde la experiencia de las cosas visibles, de que nada dura para siempre, sino que  todo pasa: la juventud y la fuerza física, las comodidades y los cargos de poder.
Hacer que la propia vida dependa de realidades tan pasajeras es, por lo tanto,  necedad. El hombre que confía en el Señor, en cambio, no teme las adversidades  de la vida, ni siquiera la realidad ineludible de la muerte: es el hombre que ha  adquirido «un corazón sabio», como los santos.  (BENEDICTO XVI, Angelus 01.08.2010)
 
 2. Jesús concluye la parábola con las palabras: «Así es el que atesora riquezas para sí, y no se enriquece en orden a Dios». En qué consiste esta manera diferente de enriquecerse lo explica Jesús poco después, en el mismo Evangelio de Lucas: «Haceos bolsas que no se deterioran, un tesoro inagotable en los cielos, donde no llega el ladrón ni la polilla; porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón» (Lc 12, 33-34). Hay algo que podemos llevar con nosotros, que nos sigue a todas partes, también después de la muerte: no son los bienes , sino las obras; no lo que hemos tenido, sino lo que hemos hecho. Lo más importante de la vida no es por lo tanto tener bienes, sino hacer el bien. El bien poseído se queda aquí abajo; el bien hecho lo llevamos con nosotros (R. Cantalamessa)

jueves, 1 de agosto de 2013

¿CÓMO REACCIONAR ANTE LO QUE NOS MOLESTA DE LOS DEMÁS?

En vacaciones, que en teoría es un tiempo para descansar, posiblemente es cuando más agotados estamos. Y cuando una persona está muy cansada es muy difícil que pueda aguantar  con paz  y sosiego los defectos ajenos que nos molestan. Muchas veces la falta de caridad hacia los demás es fruto de nuestro agotamiento que nos impide controlar las reacciones airadas. Por eso es conveniente no olvidar que, ante los defectos de los demás que nos incomodan, debemos:
 1. Hacer el esfuerzo de negarnos a nosotros mismos. El temperamento airado busca la propia conveniencia, la facilidad, la comodidad y el placer. Cuando esto no se logra se produce el  mal humor.
2. No exageremos  las faltas de los demás porque nosotros  también tenemos las nuestras. No esperemos que la gente sea perfecta cuando  sabemos  que  nosotros tampoco lo somos.
3. Mantengámonos en silencio. En estas ocasiones si hablamos solemos estropearlo.
4 Concedamos a los demás el beneficio de la duda: posiblemente no  tengan  mala intención.
5. Recemos por nosotros y por los otros: para que el Señor nos dé tranquilidad de espíritu y nos haga ver a los demás como  El los ve, es decir, con compasión.

EL ECO


EL ECO
 
Un hijo y su padre estaban caminando en las montañas. De pronto el hijo se cae, se lastima y grita: "Ahhhh!!".
 Para su sorpresa, oye una voz repitiendo en algún lugar de la montaña: "Ahhhh!"
 Con curiosidad el niño grita: "¿Quién está ahí?"
 Y escucha: " ¿Quién está ahí? ".
 Enfadado con la respuesta, el niño grita: "¡Cobarde!".
 Y recibe de respuesta: "¡Cobarde".
 El niño mira a su padre y le pregunta: "¿Qué sucede?"
 El padre le contesta: "Presta atención hijo". Y grita: "¡Te admiro!".
 Y la voz responde: "¡Te admiro!"
 "¡Eres un campeón!"
 "¡Eres un campeón!"
 Y el padre le explica: "la gente lo llama ECO, pero en realidad es… la VIDA... que te devuelve todo lo que haces... ¡¡Si no te gusta lo que recibes de vuelta, revisa muy bien lo que estás dando!!".

martes, 30 de julio de 2013

JMJ 2013. EL NIÑO QUE EMOCIONÓ AL PAPA


Nathan de Brito, un niño brasileño de nueve años,  ha protagonizado uno de los momentos más conmovedores  de la JMJ, emocionando al Papa.  El niño se acercó al  papamovil y, llorando, le dijo  al Santo Padre: 
- "Tengo un mensaje  importante para  Ud. ¡Quiero  ser sacerdote, un representante de Cristo!" 
El  Papa, visiblemente emocionado, lo abrazó junto a su pecho y le dijo:  
- "Tu sueño empieza a realizarse hoy. Voy a rezar por ti, pero te pido que reces por mí".

LA SONRISA DE DIOS


En la novela “EL IDIOTA” de  Dostoiewski, el escritor describe una escena que refleja una realidad sobrenatural. Una mujer del pueblo tiene en brazos a su niño de pocas semanas, cuando éste –por primera vez, dice ella- le sonríe. Compungida, se hace el signo de la cruz. A quien le pregunta el porqué de aquel gesto le responde: «De igual manera que una madre es feliz cuando nota la primera sonrisa de su hijo, así se alegra Dios cada vez que un pecador se arrodilla y le dirige una oración con todo el corazón»

lunes, 29 de julio de 2013

NO HAY OBSTÁCULOS PARA UN POSIBLE ENCUENTRO ENTRE EL PAPA Y EL PATRIARCA DE MOSCÚ

(La Voz de Rusia - ITAR-TASS. 24.07.2013) El arzobispo de Moscú, Pável Pezzi, considera que las relaciones entre ambas iglesias se han normalizado y espera que continúe el acercamiento emprendido durante el papado de Benedicto XVI. Mons. Pável Pezzi, arzobispo de Moscú, nació en Russi (Italia) el 8 de agosto de 1960. Se ordenó sacerdote el 22 de diciembre de 1990. En 2004 enseña en el seminario de San Petersburgo y entre 2006 y 2008 fue su rector. Desde 2011 es presidente de la Conferencia Episcopal de Rusia, este mismo obtuvo la ciudadanía rusa. El prelado explica la relación entre católicos y los ortodoxos.  
 –Usted conoce al nuevo papa Francisco, incluso ha tenido un encuentro personal con él, ¿qué opina de él como persona?
Únicamente nos hemos encontrado en una ocasión, cuando él era arzobispo de Buenos Aires. Me impresionó su sencillez y la cordialidad de su trato. Tengo previsto volver a encontrarme con el Papa en octubre de este año y en enero de 2014, durante mi estancia con los peregrinos en Roma.
 –¿Cómo es que a lo largo de toda la historia de la Iglesia católica no ha habido ningún encuentro entre el Papa y el patriarca de Moscú?
Hasta el siglo XX no se había celebrado ningún encuentro con ningún otro patriarca. El primer encuentro del pontífice con un patriarca ortodoxo tuvo lugar en 1964, cuando el papa Pablo VI se reunió con el patriarca Atenágoras de Constantinopla. En ese momento se retiraron los anatemas que ambas iglesias mantenían mutuamente desde que se separaron en el año 1054.
Fue posible gracias al Concilio Vaticano II. Después de este concilio comenzaron a establecerse contactos con los patriarcas ortodoxos. Aunque, es cierto, el Papa de Roma todavía no se ha encontrado con el Patriarca de Moscú y de toda Rusia.
 –¿Y cuándo podría tener lugar este encuentro? ¿Qué pasos se deben dar para que esto ocurra?
Podría ocurrir mañana mismo. En principio, nada impide que este encuentro pueda celebrarse.
Según diferentes datos hay entre 200.000 y 800.000 católicos en Rusia. Hay 268 sacerdotes, 3 diáconos, 193 frailes y 309 monjas. Según datos de Rosstat, agencia de estadísticas, hay 226 organizaciones católicas y cuatro diócesis, situadas en Moscú, Novosibirsk, Kliment en la región de Sarátov y en Irkustk. La comunidad católica en Rusia crece, pero sigue siendo poco numerosa. La región con mayor número de católicos es Kaliningrado, con un 4-5% de la población.
Pero, como se dice en la Iglesia ortodoxa rusa, este encuentro debe prepararse cuidadosamente para que no se trate simplemente de un evento de cara a la galería, sino que sea un encuentro fructífero. Y quizás para ello se deben preparar algunas cosas.
 –Con Benedicto XVI mejoraron las relaciones con la Iglesia Ortodoxa Rusa, incluso se habló de una posible reunión del papa con el patriarca de Moscú y de toda Rusia. ¿No teme que con el nuevo Papa todos los avances realizados puedan quedar en nada?
El Papa actual, siendo obispo de Buenos Aires, mantenía unas buenas relaciones con las iglesias orientales. No podemos olvidar que fue ordinario para los fieles orientales, que en Argentina no tenían diócesis. Allí mantenía unas cálidas relaciones con el metropolita ortodoxo argentino Platón. Siendo un joven sacerdote, Bergoglio estudió con los greco-católicos, de modo que conoce la liturgia oriental. Todo esto demuestra que el pontífice no sólo está familiarizado con la tradición oriental de la iglesia y con la cristiandad oriental, sino que las conoce en profundidad. Esto me da razones para pensar que las relaciones bilaterales continuarán la línea que llevaban con su antecesor.
 –¿Cómo se siente viviendo en un país ortodoxo como Rusia, lo considera un medio hostil?
No. Yo comprendo que Rusia no es un país católico, pero eso no me hace sentir incómodo. Al contrario, debo decir que mis relaciones personales con la Iglesia ortodoxa, desarrolladas durante todo el periodo de mi servicio en Rusia, siempre han sido buenas.
 –No obstante, a principios de los años 2000 los católicos mantuvieron unas relaciones bastante complicadas con los ortodoxos en Rusia. Los problemas comenzaron después de que en 2002 el Vaticano reformara las administraciones apostólicas de la diócesis, lo que provocó una protesta oficial por parte de la Iglesia ortodoxa rusa y una serie de manifestaciones anticatólicas. El obispo Mazur y otros tres sacerdotes fueron expulsados de Rusia sin ninguna explicación. ¿Cómo son sus actuales relaciones con el Patriarcado de Moscú?
En mi opinión, se puede considerar que las exigencias que la Iglesia ortodoxa tenía contra la Iglesia católica en Rusia están resueltas. Personalmente mantengo una buena relación con el patriarca Kirill. Y puedo decir que mis relaciones con su predecesor, el patriarca Alexéi II, eran bastante cálidas.
Me reúno muy a menudo con el jefe supremo de la Iglesia ortodoxa, varias veces al año. Mantengo también el contacto con otros jerarcas, especialmente con los obispos de las ciudades en las que existen comunidades católicas.
 –¿Por qué no se organizan misas conjuntas? ¿Qué contradicción existe entre ambas iglesias?
La contradicción fundamental estriba en el hecho de que nosotros no podemos oficiar una misma Eucaristía [el principal sacramento cristiano, en el que los fieles reciben en comunión el Cuerpo y la Sangre de Cristo], ya que esta simboliza la comunión plena, la unión total. Por esta razón yo no podría oficiar conjuntamente con un sacerdote ortodoxo, del mismo modo que él no podría oficiar junto a mí.
Yo puedo oficiar una Eucaristía con quien comparta la comunión [esta unidad se perdió tras la separación de las iglesias en Occidental y Oriental en 1054]. Es posible que la razón principal de que no exista comunión tenga que ver con la jurisdicción del papa de Roma: los ortodoxos no reconocen su supremacía sobre todos los cristianos.
Existen muchas más causas, naturalmente, que distinguen a una iglesia de la otra. Pero por otra parte, nuestra separación puede ser entendida como una variedad dentro de la cristiandad, especialmente en lo referente a los ritos litúrgicos: en el seno de la Iglesia católica existe la Iglesia greco-católica, que practica el rito oriental sin que esto nos impida vivir en plena comunión. Por ello, yo opino que en primer lugar deberían solucionarse las diferencias respecto a la jurisdicción del Papa.
 –Según la nueva ley de ONG, ¿no podría considerarse a la Iglesia católica como un agente extranjero?
No. En primer lugar, la Iglesia católica es una agrupación religiosa y todas la organizaciones religiosas están excluidas de esta ley. En segundo lugar, soy ciudadano de Rusia.
 –¿Cómo se financian las parroquias católicas de Rusia, existen oligarcas católicos en nuestro país?
 Si existen, lo desconozco. Pero las parroquias católicas se mantienen gracias a las limosnas.
 –¿El Vaticano no las apoya económicamente?
El Vaticano en sí mismo no. Las apoya la Iglesia católica. Existe entre nosotros un principio de solidaridad: las iglesias más ricas de la zona ayudan a las más pobres. En algunas regiones las comunidades locales no tienen la posibilidad de mantener sus propios templos. Esto ha sido así desde los mismos orígenes del cristianismo, así que tenemos limosnas en toda la Iglesia católica. De lo contrario, sería imposible mantenernos en unas condiciones dignas.
 Artículo publicado originalmente por Pável Kórobov, Kommersant

EL EXTRAÑO


Unos cuantos años después que yo naciera, mi padre conoció a un extraño, recién llegado a nuestra pequeña población. Desde el principio, mi padre quedó fascinado con este encantador personaje, y enseguida lo invitó a que viviera con nuestra familia.
El extraño aceptó y desde entonces ha estado con nosotros. Mientras yo crecía, nunca pregunté su lugar en mi familia; en mi mente joven ya tenía un lugar muy especial.
 Mis padres eran instructores complementarios:
Mi madre me enseñó lo que era bueno y lo que era malo y mi padre me enseñó a obedecer. Pero el extraño era nuestro narrador. Nos mantenía hechizados por horas con aventuras, misterios y comedias. Él siempre tenía respuestas para cualquier cosa que quisiéramos saber de política, historia o ciencia. ¡Conocía todo lo del pasado, del presente y hasta podía predecir el futuro!
 El extraño llevó a mi familia al primer partido de fútbol. Me hacía reír, y me hacía llorar. El extraño nunca paraba de hablar, pero a mi padre no le importaba. A veces mi madre se levantaba temprano y callada se iba a la cocina para tener paz y tranquilidad, mientras que el resto de nosotros estábamos pendientes para escuchar lo que tenía que decir el extraño. (Ahora me pregunto si ella habrá rogado alguna vez, para que el extraño se fuera.)
 Mi padre dirigió nuestro hogar con ciertas convicciones morales, pero el extraño nunca se sentía obligado a honrarlas. Las blasfemias, las malas palabras, por ejemplo, no se permitían en nuestra casa… ni por parte de nosotros, ni de nuestros amigos o de cualquiera que nos visitase. Sin embargo, nuestro extraño visitante lograba sin problemas usar su lenguaje inapropiado que a veces quemaba mis oídos y que hacía que mi padre se retorciera y mi madre se ruborizara.
 Mi padre nunca nos dio permiso para tomar alcohol. Pero el extraño nos animó a intentarlo y a hacerlo regularmente. Hizo que los cigarrillos parecieran frescos e inofensivos. Hablaba libremente (quizás demasiado) sobre sexo. Sus comentarios eran a veces evidentes, otras sugestivos, y generalmente vergonzosos.
 Ahora sé que mis conceptos sobre las relaciones humanas fueron influenciados fuertemente durante mi adolescencia por el extraño. Repetidas veces mis padres lo criticaron, pero nunca hizo caso a los valores de mis padres,  y aun así permaneció en nuestro hogar.
 Han pasado más de cincuenta años desde que el extraño se mudó con nuestra familia. Desde entonces ha cambiado mucho; ya no es tan fascinante como era al principio. No obstante, si hoy usted pudiera entrar en la casa de mis padres, todavía lo encontraría sentado en su esquina, esperando por si alguien quiere escuchar sus charlas o dedicar su tiempo libre a hacerle compañía...
 ¿Su nombre?
Nosotros lo llamamos TV...

domingo, 28 de julio de 2013

UNA BUENA PELICULA SOBRE LA GRANDEZA DEL AMOR CRISTIANO


Os recomiendo esta buena película. Si podéis verla en el cine mejor. Si tenéis que esperar al DVD, por favor, compradlo, no busquéis otro camino. Es necesario sostener este cine. De lo contrario estas películas no podrán ver la luz.
Ver crítica en
 http://www.vmm-enpositivo.blogspot.com.es/2013/07/cine-recomendable-un-dios-prohibido.html

REFLEXIONES SOBRE EL EVANGELIO DEL DOMINGO XVII DEL TIEMPO ORDINARIO (C)

Evangelio:  Lc 11, 1-13
Jesus estaba haciendo oración en cierto lugar. Y cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos:
—Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos.
Él les respondió:
—Cuando oréis, decid:
Padre, santificado sea tu Nombre,
venga tu Reino;
sigue dándonos cada día nuestro pan cotidiano;
y perdónanos nuestros pecados,
puesto que también nosotros perdonamos
a todo el que nos debe;
y no nos pongas en tentación.
Y les dijo:
—¿Quién de vosotros que tenga un amigo y acuda a él a media noche y le diga: «Amigo, préstame tres panes, porque un amigo mío me ha llegado de viaje y no tengo qué ofrecerle», le responderá desde dentro: «No me molestes, ya está cerrada la puerta; los míos y yo estamos acostados; no puedo levantarme a dártelos»? Os digo que, si no se levanta a dárselos por ser su amigo, al menos por su impertinencia se levantará para darle cuanto necesite.
»Así pues, yo os digo: pedid y se os dará; buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá; porque todo el que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá.
»¿Qué padre de entre vosotros, si un hijo suyo le pide un pez, en lugar de un pez le da una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le da un escorpión? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar a vuestros hijos cosas buenas, ¿cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?
  1.      “Aprender a rezar quiere decir “aprender quién es el Padre” (…). Aprender quién es el Padre quiere decir aprender lo que es la confianza absoluta. Aprender quién es el Padre quiere decir adquirir la certeza de que Él no podrá absolutamente rechazar nada. Él no te rechaza ni siquiera cuando todo, material y psicológicamente, parece indicar el rechazo. Él no te rechaza jamás” (JUAN PABLO II,  Homilía 27.07.1980)

2. “San Lucas nos transmite el Padre Nuestro en una forma más breve respecto a la del Evangelio de san Mateo, que ha entrado en el uso común. Estamos ante las primeras palabras de la Sagrada Escritura que aprendemos desde niños. Se imprimen en la memoria, plasman nuestra vida, nos acompañan hasta el último aliento. Desvelan que no somos plenamente hijos de Dios, sino que hemos de llegar a serlo más y más mediante nuestra comunión cada vez más profunda con Cristo. Ser hijos equivale a seguir a Jesús” (BENEDICTO XVI, Angelus 25.07.2010)

3. “¿A quién rezo? ¿Al Dios omnipotente? Está demasiado lejos. Esto no lo siento, ni siquiera Jesús lo sentía. ¿A quién rezo? ¿Al Dios Cósmico? Muy común en estos días ¿no?... rezar al Dios cósmico, ¿no?. Esta modalidad que llega con esta cultura light… ¡Reza al Padre! Es una palabra fuerte ‘Padre’. Debes rezar al que te ha creado, el que te ha dado la vida a ti. No a todos: a todos es demasiado anónimo. A ti. A mí. Y es también el que te acompaña en tu camino: conoce toda tu vida. Todo, lo que es bueno y lo que no es tan bueno. Conoce todo. Si no comenzamos la oración con esta palabra, no dicha con los labios, sino con el corazón, no podemos rezar en cristiano”. (PAPA FRANCISCO, Homilia 26.06.2013)


sábado, 27 de julio de 2013

EL DECÁLOGO DE LA CRUZ DE CRISTO SEGÚN EL PAPA FRANCISCO (JMJ 2013)

Anoche, cuando seguíamos llorando por la muerte de las víctimas del AVE, el sufrimiento de las personas heridas y el dolor de sus familias, la celebración del Via Crucis de la JMJ 2013 de Rio de Janeiro me ayudó a permanecer todavía más cerca de todas ellas. Los jóvenes, con un lenguaje adaptado a sus gustos y al estilo carioca, nos hicieron vivir en Copacabana –lugar tradicionalmente vinculado a la diversión y a la superficialidad-  la Cruz del Señor que siempre está presente y que ahora, como un intruso desgarrador, notamos más. El Papa, al finalizar las estaciones del sufrimiento de Cristo, nos regaló, con ese estilo directo que tiene de decir las cosas, un discurso hecho de fe, corazón y apertura a cada persona que lleva en sí las heridas del Crucificado. He querido sintetizar el mensaje en un decálogo que muestra qué es la Cruz de Cristo para el Papa Francisco.

 

 
 
  1. En  la Cruz, Jesús se une al silencio de las víctimas de la violencia, que ya no pueden gritar, sobre todo los inocentes y los indefensos.
 2. Con la Cruz, Jesús se une a las familias que se encuentran en dificultad, y que lloran la trágica pérdida de sus hijos.
 3. Con la Cruz, Jesús se une a todas las personas que sufren hambre, en un mundo que, por otro lado, se permite el lujo de tirar cada día toneladas de alimentos.
 4. Con la cruz, Jesús está junto a tantas madres y padres que sufren al ver a sus hijos víctimas de paraísos artificiales, como la droga.
 5. Con la Cruz, Jesús se une a quien es perseguido por su religión, por sus ideas, o simplemente por el color de su piel.
 6. En la Cruz, Jesús está junto a tantos jóvenes que han perdido su confianza en las instituciones políticas porque ven el egoísmo y corrupción, o que han perdido su fe en la Iglesia, e incluso en Dios, por la incoherencia de los cristianos y de los ministros del Evangelio.
 7. En la Cruz de Cristo está el sufrimiento, el pecado del hombre, también el nuestro, y Él acoge todo con los brazos abiertos, carga sobre su espalda nuestras cruces y nos dice: ¡Ánimo! No la llevas solo. Yo la llevo contigo y yo he vencido a la muerte y he venido a darte esperanza, a darte vida (cf. Jn 3,16).
 8. En la Cruz de Cristo está todo el amor de Dios, está su inmensa misericordia.
 9. La Cruz invita también a dejarnos contagiar por este amor, nos enseña así a mirar siempre al otro con misericordia y amor, sobre todo a quien sufre, a quien tiene necesidad de ayuda, a quien espera una palabra, un gesto.
 10. La Cruz nos invita a salir de nosotros mismos para ir al encuentro de ellos y tenderles la mano.

REQUIEM POR NAGASAKI


Os recomiendo este libro. Buena lectura para el verano. Ver enlace con mi blog personal http://www.vmm-enpositivo.blogspot.com

EL VIA CRUCIS DE LA JMJ 2013



Primera estación: Pilatos, en su palacio se lava las manos.

Segunda estación: En un palco en forma de pavimento del palacio de Pilato, con el letrero: "Ecce Homo". Personas con pequeñas cruces. "Quiero completar tu sacrificio en mi vida. Llevaré tus palabras en mi corazón".

 Tercera estación: En el escenario, un elevador trae un Cristo que cae por primera vez. Denuncian a los caídos en la dependencia del crack. "Enséñanos a ser buenos samaritanos y a levantar a los caídos a la vera del camino".

 Cuarta estación: Jesús encuentra a su madre, entre un grupo de 10 mujeres con sus hijos en brazos. Una actriz representa a María. La defensa de la vida y del amor de las madres.

 Quinta estación: El Cirineo, en un escenario en forma de relicario, rodeado de niños vestidos de ángeles. Un seminarista relata su vocación: "Enséñame a ser un buen pastor".

 Sexta estación: La Verónica. En un altar con un candelabro de 7 brazos judío, entran 25 mujeres que representan otras tantas Verónicas. Una denuncia las "víctimas de la cultura de la muerte: parados, excluidos, minorías...Haznos enjugar sus lágrimas".

 Séptima estación: Segunda caída, representada por  unos trabajadores que abren un contenedor.  Una pareja joven pide un amor auténtico.

 Octava estación: Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén, escenificada por un grupo de mujeres de diversas profesiones actuales.

Novena estación: Tercera caída. Entre varios discapacitados en sillas de ruedas. "Fuerzas para no volver a caer"

Décima estación: Jesús es despojado de sus vestiduras.  Un actor que representa a Jesús con el torso ensangrentado. Alertan de los peligros de las redes sociales y de Internet, y evangelizar el continente digital.

Undécima estación: Jesús clavado en la cruz. Un Cristo surge ante una quincena de hombres. "Tu cruz unió el cielo y la tierra"

Duodécima estación: Jesús muere en la cruz, entre un grupo de 20 enfermeros con sillas de ruedas y camillas.

Decimotercera estación: El descendimiento. Escenificado con grande gotas de sangre y, en medio, una imagen de La Piedad. "Enséñame a descrucificar a mis hermanos. Que mi testimonio sea un silencioso grito de amor y de solidaridad"

Decimocuarta estación: Jesús es sepultado. El cortejo sube por la rampa de acceso, formando un panel humano al lado del Papa.

 La conclusión del Papa.  Una oración y con un discurso y tres preguntas

¿Qué han dejado en la cruz?

¿Qué dejó la cruz en cada uno de ustedes?

¿Qué nos enseña esta cruz para la vida?

viernes, 15 de marzo de 2013

PRIMERA HOMILIA DEL PAPA FRANCISCO EN LA MISA CONCELEBRADA EN LA CAPILLA SIXTINA

En estas Lecturas veo que hay algo en común: es el movimiento. En la Primera Lectura el movimiento en el camino; en la Segunda Lectura, el movimiento en la edificación de la Iglesia; en la tercera, en el Evangelio, el movimiento en la confesión. Caminar, edificar, confesar.
 
Caminar. «Casa de Jacob, venid, caminemos en la luz del Señor» (Is 2,5). Esta es la primera cosa que Dios ha dicho a Abrahan: Camina en mi presencia y se irreprensibile. Caminar: nuestra vida es un camino y cuando nos detenemos, la cosa no va. Caminar siempre, en presencia del Señor, a la luz del Señor, tratando de vivir con aquella irreprensibilidad que Dios pedía a Abrahan, en su promesa.
 
Edificar. Edificar la Iglesia. Se habla de piedras: las piedras tienen consistencia; pero piedras vivas, piedras ungidas por el Espíritu Santo. Edificar la Iglesia, la Esposa de Cristo, sobre aquella piedra angular que es el mismo Señor. He aquí otro movimiento de nuestra vida: edificar.
 
Tercero, confesar. Podemos caminar todo lo que queramos, podemos edificar muchas cosas, pero si no confesamos a Jesucristo, la cosa no va. Nos convertiremos en una ONG asistencial, pero no en la Iglesia, Esposa del Señor. Cuando no se camina, uno se detiene. Cuando no se edifica sobre piedras ¿qué sucede? Sucede lo que ocurre a los niños en la playa cuando hacen castillos de arena, todo se viene abajo, no tiene consistencia. Cuando no se confiesa a Jesucristo, me viene a la mente la frase de Léon Bloy: “Quien no reza al Señor, ora al diablo”. Cuando no se confiesa a Jesucristo, se confiesa la mundanidad del diablo, la mundanidad del demonio.
 
Caminar, edificar-construir, confesar. Pero la cosa no es tan fácil, porque en el caminar, en el construir, en el confesar, a veces hay sacudidas, hay movimientos que no son precisamente movimientos del camino: son movimientos que nos tiran para atrás.
 
Este Evangelio prosigue con una situación especial. El mismo Pedro que confesó a Jesucristo, le dice: Tu eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo. Yo te sigo, pero no hablemos de Cruz. Esto no tiene nada que ver. Te sigo con otras posibilidades, sin la Cruz. Cuando caminamos sin la Cruz, cuando edificamos sin la Cruz y cuando confesamos a un Cristo sin Cruz, no somos discípulos del Señor: somos mundanos, somos obispos, sacerdotes, cardenales, papas, pero no discípulos del Señor.
 
Yo querría que todos, tras estos días de gracia, tengamos el coraje, precisamente el coraje de caminar en presencia del Señor, con la Cruz del Señor; de edificar la Iglesia sobre la sangre del Señor, que se ha derramado sobre la Cruz; y de confesar la única gloria: Cristo Crucificado. Y así la Iglesia irá adelante.
 
Yo auguro a todos nosotros que el Espíritu Santo, por la oración de Nuestra Señora, nuestra Madre, nos conceda esta gracia: caminar, edificar, confesar a Jesucristo Crucificado. Así sea.

miércoles, 13 de marzo de 2013

HABEMUS PAPAM! FRANCISCO

El Espíritu Santo ya ha actuado. El Cardenal Jorge Mario Bergoglio S.J. ya es Franciso, el Papa que Dios nos ha regalado para hacer presente  el ministerio de Pedro en esta etapa de la historia. Pero, ¿qué sabemos de él?, ¿qué estilo pastoral tiene?, ¿cómo ha enfocado las grandes cuestiones pastorales de su diócesis argentina?. Son preguntas que nos hacemos en estos momentos y que poco a poco encontrarán respuesta.
Ahora sólo quiero aportar al blog algo que sin duda puede ayudarnos a conocer algo de cómo él, siendo arzobispo de Buenos Aires, ha enfocado el Año de la Fe que estamos viviendo. Publicamos su Carta qué él escribió con motivo de este acontecimiento eclesial. Su meditación nos puede ayudar para sintonizar cuanto antes con el nuevo Papa.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
"Cruzar el umbral de la fe"
Carta del cardenal Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires por el Año de la Fe (1 de octubre de 2012)
A los sacerdotes, consagrados, consagradas y fieles laicos de la arquidiócesis
Queridos hermanos:
Entre las experiencias más fuertes de las últimas décadas está la de encontrar puertas cerradas. La creciente inseguridad fue llevando, poco a poco, a trabar puertas, poner medios de vigilancia, cámaras de seguridad, desconfiar del extraño que llama a nuestra puerta. Sin embargo, todavía en algunos pueblos hay puertas que están abiertas. La puerta cerrada es todo un símbolo de este hoy. Es algo más que un simple dato sociológico; es una realidad existencial que va marcando un estilo de vida, un modo de pararse frente a la realidad, frente a los otros, frente al futuro. La puerta cerrada de mi casa, que es el lugar de mi intimidad, de mis sueños, mis esperanzas y sufrimientos así como de mis alegrías, está cerrada para los otros. Y no se trata sólo de mi casa material, es también el recinto de mi vida, mi corazón. Son cada vez menos los que pueden atravesar ese umbral. La seguridad de unas puertas blindadas custodia la inseguridad de una vida que se hace más frágil y menos permeable a las riquezas de la vida y del amor de los demás.
La imagen de una puerta abierta ha sido siempre el símbolo de luz, amistad, alegría, libertad, confianza. ¡Cuánto necesitamos recuperarlas! La puerta cerrada nos daña, nos anquilosa, nos separa.

Iniciamos el Año de la fe y paradójicamente la imagen que propone el Papa es la de la puerta, una puerta que hay que cruzar para poder encontrar lo que tanto nos falta. La Iglesia, a través de la voz y el corazón de Pastor de Benedicto XVI, nos invita a cruzar el umbral, a dar un paso de decisión interna y libre: animarnos a entrar a una nueva vida.
La puerta de la fe nos remite a los Hechos de los Apóstoles: “Al llegar, reunieron a la Iglesia, les contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe” (Hechos 14,27). Dios siempre toma la iniciativa y no quiere que nadie quede excluido. Dios llama a la puerta de nuestros corazones: Mira, estoy a la puerta y llamo, si alguno escucha mi voz y abre la puerta entraré en su casa y cenaré con él, y él conmigo (Ap. 3, 20). La fe es una gracia, un regalo de Dios. “La fe sólo crece y se fortalece creyendo; en un abandono continuo en las manos de un amor que se experimenta siempre como más grande porque tiene su origen en Dios”
Atravesar esa puerta supone emprender un camino que dura toda la vida mientras avanzamos delante de tantas puertas que hoy en día se nos abren, muchas de ellas puertas falsas, puertas que invitan de manera muy atractiva pero mentirosa a tomar camino, que prometen una felicidad vacía, narcisista y con fecha de vencimiento; puertas que nos llevan a encrucijadas en las que, cualquiera sea la opción que sigamos, provocarán a corto o largo plazo angustia y desconcierto, puertas autorreferenciales que se agotan en sí mismas y sin garantía de futuro. Mientras las puertas de las casas están cerradas, las puertas de los shoppings están siempre abiertas. Se atraviesa la puerta de la fe, se cruza ese umbral, cuando la Palabra de Dios es anunciada y el corazón se deja plasmar por la gracia que transforma. Una gracia que lleva un nombre concreto, y ese nombre es Jesús. Jesús es la puerta. (Juan 10:9) “Él, y Él solo, es, y siempre será, la puerta. Nadie va al Padre sino por Él. (Jn. 14.6)” Si no hay Cristo, no hay camino a Dios. Como puerta nos abre el camino a Dios y como Buen Pastor es el Único que cuida de nosotros al costo de su propia vida.
Jesús es la puerta y llama a nuestra puerta para que lo dejemos atravesar el umbral de nuestra vida. No tengan miedo… abran de par en par las puertas a Cristo nos decía el Beato Juan Pablo II al inicio de su pontificado. Abrir las puertas del corazón como lo hicieron los discípulos de Emaús, pidiéndole que se quede con nosotros para que podamos traspasar las puertas de la fe y el mismo Señor nos lleve a comprender las razones por las que se cree, para después salir a anunciarlo. La fe supone decidirse a estar con el Señor para vivir con él y compartirlo con los hermanos.
Damos gracias a Dios por esta oportunidad de valorar nuestra vida de hijos de Dios, por este camino de fe que empezó en nuestra vida con las aguas del bautismo, el inagotable y fecundo rocío que nos hace hijos de Dios y miembros hermanos en la Iglesia. La meta, el destino o fin es el encuentro con Dios con quien ya hemos entrado en comunión y que quiere restaurarnos, purificarnos, elevarnos, santificarnos, y darnos la felicidad que anhela nuestro corazón.
Queremos dar gracias a Dios porque sembró en el corazón de nuestra Iglesia Arquidiocesana el deseo de contagiar y dar a manos abiertas este don del Bautismo. Este es el fruto de un largo camino iniciado con la pregunta ¿Cómo ser Iglesia en Buenos Aires? transitado por el camino del Estado de Asamblea para enraizarse en el Estado de Misión como opción pastoral permanente.
Iniciar este año de la fe es una nueva llamada a ahondar en nuestra vida esa fe recibida. Profesar la fe con la boca implica vivirla en el corazón y mostrarla con las obras: un testimonio y un compromiso público. El discípulo de Cristo, hijo de la Iglesia, no puede pensar nunca que creer es un hecho privado. Desafío importante y fuerte para cada día, persuadidos de que el que comenzó en ustedes la buena obra la perfeccionará hasta el día, de Jesucristo. (Fil.1:6) Mirando nuestra realidad, como discípulos misioneros, nos preguntamos: ¿a qué nos desafía cruzar el umbral de la fe?
Cruzar el umbral de la fe nos desafía a descubrir que si bien hoy parece que reina la muerte en sus variadas formas y que la historia se rige por la ley del más fuerte o astuto y si el odio y la ambición funcionan como motores de tantas luchas humanas, también estamos absolutamente convencidos de que esa triste realidad puede cambiar y debe cambiar, decididamente porque “si Dios está con nosotros ¿quién podrá contra nosotros? (Rom. 8:31,37)
Cruzar el umbral de la fe supone no sentir vergüenza de tener un corazón de niño que, porque todavía cree en los imposibles, puede vivir en la esperanza: lo único capaz de dar sentido y transformar la historia. Es pedir sin cesar, orar sin desfallecer y adorar para que se nos transfigure la mirada.

Cruzar el umbral de la fe nos lleva a implorar para cada uno “los mismos sentimientos de Cristo Jesús” (Flp. 2, 5) experimentando así una manera nueva de pensar, de comunicarnos, de mirarnos, de respetarnos, de estar en familia, de plantearnos el futuro, de vivir el amor, y la vocación.

Cruzar el umbral de la fe es actuar, confiar en la fuerza del Espíritu Santo presente en la Iglesia y que también se manifiesta en los signos de los tiempos, es acompañar el constante movimiento de la vida y de la historia sin caer en el derrotismo paralizante de que todo tiempo pasado fue mejor; es urgencia por pensar de nuevo, aportar de nuevo, crear de nuevo, amasando la vida con “la nueva levadura de la justicia y la santidad”. (1 Cor 5:8)
Cruzar el umbral de la fe implica tener ojos de asombro y un corazón no perezosamente acostumbrado, capaz de reconocer que cada vez que una mujer da a luz se sigue apostando a la vida y al futuro, que cuando cuidamos la inocencia de los chicos garantizamos la verdad de un mañana y cuando mimamos la vida entregada de un anciano hacemos un acto de justicia y acariciamos nuestras raíces.
Cruzar el umbral de la fe es el trabajo vivido con dignidad y vocación de servicio, con la abnegación del que vuelve una y otra vez a empezar sin aflojarle a la vida, como si todo lo ya hecho fuera sólo un paso en el camino hacia el reino, plenitud de vida. Es la silenciosa espera después de la siembra cotidiana, contemplar el fruto recogido dando gracias al Señor porque es bueno y pidiendo que no abandone la obra de sus manos. (Sal 137)
Cruzar el umbral de la fe exige luchar por la libertad y la convivencia aunque el entorno claudique, en la certeza de que el Señor nos pide practicar el derecho, amar la bondad, y caminar humildemente con nuestro Dios. (Miqueas 6:8)
Cruzar el umbral de la fe entraña la permanente conversión de nuestras actitudes, los modos y los tonos con los que vivimos; reformular y no emparchar o barnizar, dar la nueva forma que imprime Jesucristo a aquello que es tocado por su mano y su evangelio de vida, animarnos a hacer algo inédito por la sociedad y por la Iglesia; porque “El que está en Cristo es una nueva criatura”. (2 Cor 5,17-21)

Cruzar el umbral de la fe nos lleva a perdonar y saber arrancar una sonrisa, es acercarse a todo aquel que vive en la periferia existencial y llamarlo por su nombre, es cuidar las fragilidades de los más débiles y sostener sus rodillas vacilantes con la certeza de que lo que hacemos por el más pequeño de nuestros hermanos al mismo Jesús lo estamos haciendo. (Mt. 25, 40)
Cruzar el umbral de la fe supone celebrar la vida, dejarnos transformar porque nos hemos hecho uno con Jesús en la mesa de la eucaristía celebrada en comunidad, y de allí estar con las manos y el corazón ocupados trabajando en el gran proyecto del Reino: todo lo demás nos será dado por añadidura. (Mt. 6.33)
Cruzar el umbral de la fe es vivir en el espíritu del Concilio y de Aparecida, Iglesia de puertas abiertas no sólo para recibir sino fundamentalmente para salir y llenar de evangelio la calle y la vida de los hombres de nuestros tiempo.
Cruzar el umbral de la fe para nuestra Iglesia Arquidiocesana, supone sentirnos confirmados en la Misión de ser una Iglesia que vive, reza y trabaja en clave misionera.
Cruzar el umbral de la fe es, en definitiva, aceptar la novedad de la vida del Resucitado en nuestra pobre carne para hacerla signo de la vida nueva.
Meditando todas estas cosas miremos a María, que Ella, la Virgen Madre, nos acompañe en este cruzar el umbral de la fe y traiga sobre nuestra Iglesia en Buenos Aires el Espíritu Santo, como en Nazaret, para que igual que ella adoremos al Señor y salgamos a anunciar las maravillas que ha hecho en nosotros.
Card. Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires
1 de octubre de 2012. Fiesta de Santa Teresita del Niño Jesús