Entrevista en La Verdad.
- 'La Pepa' la ha devuelto a los escenarios después del paréntesis de su maternidad. ¿Qué ha cambiado en Sara Baras?
- Ser madre me ha cambiado mucho más de lo que creía. Y a mejor. Yo tenía muchas ganas de ser madre. Soñaba con serlo, pero por motivos de trabajo durante mucho tiempo no me lo pude permitir. No me imaginaba que fuera algo tan maravilloso, tan grande. Cuando tienes un hijo se te sale el cariño, el amor y la felicidad por los poros. Tienes la sensibilidad a flor de piel. Y si hablamos de baile, por supuesto eso se nota mucho, porque el artista flamenco tiene la obligación de dejarse llevar por sus sentimientos. Creo que bailo mejor, lo disfruto más, y que tengo otra madurez. Gracias a mi hijo creo que soy mejor personal y profesionalmente. De todas las vivencias se aprende. Pero con un hijo te da la vuelta la vida. ¡Qué manera de sentir! Y eso se transmite y se contagia. Es verdad que, después de dos años sin bailar, me daba miedo volver. Desde que me quedé embarazada y hasta que decidí volver, no cogí mis zapatos ni una sola vez. ¿Y si ya no soy la misma?, me preguntaba. ¿Y si ya no tengo la misma fuerza, la misma ilusión? Tuve que hacerme un lavado de coco porque me fui estando muy arriba. Me repetía a mí misma: 'No te preocupes, Sara. No pasa nada si ves que no tienes la misma fuerza'. Tenía que prepararme, por si acaso.
- Pídale un deseo a la vida.
- Mi deseo para la gente es que termine cuanto antes este momento tan feo de crisis que estamos sufriendo, y que el fuego deje de quemar nuestros bosques. En el plano personal, le pido a la vida solo una cosa: que mi hijo sea feliz.
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