Mohammed Christophe Bilek, un argelino residente en Francia que se convirtió del Islam a la Iglesia Católica, habló en el canal Direct 8 sobre la persecución a los cristianos y el significado del bautismo para los musulmanes que encuentran a Cristo.
Las valientes declaraciones de Mohammed Christophe Bilek, que pueden convertirlo en blanco de la intolerancia religiosa a causa de su apostasía, revelan una realidad cotidiana en los países musulmanes.
Según transcribe Bernardo Cervellera para Asia News, en países como Marruecos, muchos de los sacerdotes y obispos de las regiones que sufren intolerancia religiosa optan por concentrarse en la atención a los fieles y sus familias, sin exponerse a perder la poca libertad religiosa que las autoridades les permiten tener.
Cervellera comentó el caso de un prelado en un país árabe, quien organizó un encuentro de diálogo interreligioso y fue contactado por la policía, que estaba preocupada de que esto fuera el inicio de actividades de “proselitismo y apostasía”.
“Es mucho más fácil seguir siendo musulmán”, reconoció Bilek en su intervención televisiva, pero afirmó que la diferencia es radical: “Seamos serios. Una cosa es decir “Hay un solo Dios para todos”, y otra decir que Él está interesado en mí, insignificante, hasta el extremo de “deificarme” en Jesús. Esta revelación fue mi llamada”, expresó. “Habiendo vivido en el Islam, practicado sus preceptos entre personas que aún son musulmanes, sigo deslumbrado por el descubrimiento del Evangelio. Para aquellos que vienen del Islam, esto significa romper con el pasado propio, con la familia y la comunidad (...) hay muchas excusas para no hacer esta ruptura, no aceptar la transformación, para no morir a uno mismo y seguir a Cristo”.
Bilek concluyó con la petición a no dejar solos a quienes deben afrontar grandes dificultades para vivir su fe: “Dejar el Islam es peligroso. Se hace a riesgo de la propia vida. Por eso, hermanos y hermanas en Occidente, acojan y ayuden a quienes lo hacen”.
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