miércoles, 16 de noviembre de 2011

¿QUÉ LE PIDE UN CRISTIANO A UN POLÍTICO?

Tal vez llego tarde, pero “más vale tarde que nunca”. Los cristianos en España no somos conscientes de la fuerza que tenemos, y siempre vamos detrás de programas políticos que, con frecuencia, nos hacen comulgar con ruedas de molino porque defienden realidades que van contra nuestra fe y contra lo que nuestra madre la Iglesia enseña. Es verdad que a veces no tenemos clara nuestra identidad y corremos el riesgo de vivir un cristianismo a la carta. Para evitar este mal, hace años se publicó el Catecismo de la Iglesia Católica que nos recuerda lo que el cristiano debe creer, vivir, celebrar y rezar si queremos seguir a Jesucristo, sin ambigüedades ni “pactos”. A la luz de esa doctrina, y sin querer ser exhaustivo, yo como cristiano pediría a los políticos especialmente en época de elecciones:


1. Que hagan propuestas realistas y factibles, sin engañar al ciudadano con promesas que nunca cumplirán. Es decir que nos traten como personas que pensamos y no como seres fácilmente manipulables con eslóganes y sonidos programados.

2. Que cuando tengan que criticar el programa del contrario lo hagan dando razones y no descalificando sin más.

3. Que manifieste con claridad la dignidad que posee el nasciturus defendiendo la vida del ser humano desde su concepción hasta su fin natural. Esto se debe traducir en la aparición en sus programas de políticas que ayuden a la madre gestante con problemas, que contemplen una derogación progresiva del aborto, y que hagan posible el acceso de los enfermos graves a los cuidados paliativos.

4. Que defienda el matrimonio –es decir la unión estable de un hombre y una mujer fundada en la entrega total de ambos para siempre- y la familia. Y esta defensa se manifieste, entre otras cosas, en que no se llame matrimonio a otras realidades que en esencia no lo son, que se fomente las ayudas a la familia y que los padres puedan ejercer realmente el derecho a la libertad educativa.

5. Que tenga un deseo sincero de disminuir el alto grado de paro laboral existente - una generación de jóvenes está en peligro por falta de trabajo-. Y que este sea uno de los puntos centrales de su programa con propuestas concretas.

6. Que se proponga acabar con los contratos basura y con salarios injustos que impiden formar un hogar estable.

7. Que haga posible el derecho a la libertad religiosa, no sólo no poniendo dificultades para vivir la propia fe, sino potenciando al máximo la dimensión religiosa de la persona posibilitando su manifestación pública. Es decir, que considere la religión no como algo tolerable sino como un bien que perfecciona al ser humano.

8. Que los delitos de sangre no queden impunes, sino que se aplique la ley. Exigir la justicia debida no es venganza sino reparar el daño infringido a la sociedad.

Y cada uno podrá seguir añadiendo más peticiones…

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