Hoy hemos celebrado por primera vez la misa del Beato Alvaro del Portillo en nuestra parroquia
martes, 12 de mayo de 2015
domingo, 10 de mayo de 2015
sábado, 9 de mayo de 2015
CARTAS DESDE LA FRONTERA. ANTE LAS PRÓXIMAS ELECCIONES POLÍTICA
Como párroco quiero
ofreceros esta reflexión personal ante las próximas elecciones del 24 de mayo:
1.
La
Iglesia no se identifica con ningún partido político, y ningún partido puede
pretender representar a la Iglesia o asumir el voto católico. La misión de la
Iglesia ante las próximas elecciones políticas
no es hablar a favor o en contra de ningún candidato o partido político
en particular. Esta es la postura que debemos asumir los sacerdotes y
religiosos, pues somos instrumentos de comunión en la sociedad, y nunca de división
partidista, aunque, como ciudadanos, tengamos nuestras opciones y las manifestemos en el voto
secreto.
2.
La
Iglesia recuerda a los cristianos laicos que pueden militar o dar su voto
libremente al partido o al candidato que mejor responda a sus convicciones
personales, con tal de que sean coherentes con la fe y moral católicas que
profesan.
3.
Un
católico emitirá responsablemente su voto si intenta favorecer con él los siguientes valores fundamentales que,
en palabras de Benedicto XVI, son irrenunciables:
a.
El
derecho a la vida de todo ser humano: desde el momento de su concepción hasta
la muerte natural, y en toda circunstancia.
b.
El
matrimonio, como unión estable entre hombre y mujer, y la familia, como célula básica de la sociedad.
c.
El
derecho de los padres a ejercer la libertad educativa de sus hijos.
d.
La
promoción de la justicia social, el acceso a la salud, a un trabajo digno y
estable para todos, y políticas de solidaridad para los más desfavorecidos.
e.
El
respeto a manifestar públicamente las
propias convicciones religiosas.
4.
En
el momento de votar a veces se recurre a la expresión “mal menor” pensando que,
como ninguna opción política se identifica plenamente con los valores del
Evangelio, se puede elegir la menos mala.
Esta postura es legítima siempre que lo que se califica como “mal menor” no
incluya un atentado a los valores que se han expuesto en el número 3. Si fuera
así no sería “mal menor” sino un verdadero “mal grave”.
5.
Por
último, el votante católico deberá tener en cuenta la honestidad y trasparencia
en el uso de los recursos económicos que han llevado hasta ahora los candidatos
políticos, es decir, su honradez profesional y ciudadana.
Preparémonos en
conciencia para ejercer responsablemente este deber moral de participar en las
próximas elecciones municipales y autonómicas.
Con afecto en
Cristo,
Vicente Martínez
Párroco de El
Salvador. Elche
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