domingo, 18 de agosto de 2013

REFLEXIÓN SOBRE EL EVANGELIO DEL DOMINGO XX (C)



“¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz?. No, sino división”
¿Cómo entender esta expresión tan fuerte del Señor?
 
La paz que Cristo vino a traer
-  no es sinónimo de una simple ausencia de conflictos.
- no es una especie de conformismo ante las injusticias reinantes
-  no puede ser una apática indiferencia ante los atentados contra la vida humana en todas sus dimensiones
no puede ser silencio ante las mentiras que manipulan a las gentes
-  no puede ser tranquilidad ante la difusión del mal en todas sus formas
-   no es un estar mirando hacia otro lado cuando se pisotean los derechos de Dios y del hombre
Si  así fuera se cumplirían una vez más aquellas palabras que tanto hemos oído “El triunfo del mal es posible gracias a la pasividad de los buenos”. O mejor estas palabras del Papa Francisco que nos despiertan de nuestro letargo de “buenismo”: “Le tengo miedo a los cristianos que están quietos. Terminan como el agua estancada”.
La paz de Cristo
-          es fruto de una guerra, de una lucha contra el mal. No es un combate contra hombres o poderes humanos, sino contra el enemigo de Dios y del hombre, Satanás que va difundiendo su anti-evangelio a través de personas e instituciones. Incluso a veces hemos sido cada uno de nosotros los sembradores de esta sombra, o bien por omisión o por comisión, participando con palabras o hechos en acontecimientos que se oponen a Jesucristo y su Evangelio.
-          es fruto de una guerra que consiste en “ahogar el mal con abundancia de bien”. Como nos dirá San Francisco: donde hay odio, poner amor; donde hay mentira, verdad; donde hay duda, fe…
Aquellos que quieren ser fieles al Señor, a ese amor que es fuego, luz y verdad, deberán sufrir necesariamente las incomprensiones  de los que no quieren acoger ni el fuego, ni la luz, ni el amor, ni la verdad de Cristo. Y, sin buscarlo, esos cristianos se convertirán, como Cristo, en signos de contradicción incluso dentro de su misma casa.

viernes, 2 de agosto de 2013

ENTREVISTA EN CASTELLANO AL PAPA EN UNA TV DE BRASIL

Antes de la famosa entrevista que los periodistas hicieron al Papa en el avión cuando regresaba de la JMJ, una cadena televisiva brasileña realizó la siguiente entrevista al Papa Francisco que podemos escuchar perfectamente en castellano.





http://vmm-enpositivo.blogspot.com.es/2013/08/entrevista-en-castellano-al-papa-en-tv.html


REFLEXIONES SOBRE EL EVANGELIO DEL DOMINGO XVIII (C)

1.En el Evangelio de este domingo, la enseñanza de Jesús se refiere precisamente a  la verdadera sabiduría y está introducida por la petición de uno entre la multitud:  «Maestro, di a mi hermano que reparta conmigo la herencia» ( Lc 12, 13). Jesús,  respondiendo, pone en guardia a quienes le oyen sobre la avidez de los bienes  terrenos con la parábola del rico necio, quien, habiendo  acumulado para él una  abundante cosecha, deja de trabajar, consume sus bienes divirtiéndose y se hace la  ilusión hasta de poder alejar la muerte. Pero Dios le dijo: “Necio! Esta misma  noche te reclamarán el alma; las cosas que preparaste, para quién serán?”  ( Lc 12, 20). El hombre necio, en la Biblia, es aquel que no quiere darse cuenta,  desde la experiencia de las cosas visibles, de que nada dura para siempre, sino que  todo pasa: la juventud y la fuerza física, las comodidades y los cargos de poder.
Hacer que la propia vida dependa de realidades tan pasajeras es, por lo tanto,  necedad. El hombre que confía en el Señor, en cambio, no teme las adversidades  de la vida, ni siquiera la realidad ineludible de la muerte: es el hombre que ha  adquirido «un corazón sabio», como los santos.  (BENEDICTO XVI, Angelus 01.08.2010)
 
 2. Jesús concluye la parábola con las palabras: «Así es el que atesora riquezas para sí, y no se enriquece en orden a Dios». En qué consiste esta manera diferente de enriquecerse lo explica Jesús poco después, en el mismo Evangelio de Lucas: «Haceos bolsas que no se deterioran, un tesoro inagotable en los cielos, donde no llega el ladrón ni la polilla; porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón» (Lc 12, 33-34). Hay algo que podemos llevar con nosotros, que nos sigue a todas partes, también después de la muerte: no son los bienes , sino las obras; no lo que hemos tenido, sino lo que hemos hecho. Lo más importante de la vida no es por lo tanto tener bienes, sino hacer el bien. El bien poseído se queda aquí abajo; el bien hecho lo llevamos con nosotros (R. Cantalamessa)

jueves, 1 de agosto de 2013

¿CÓMO REACCIONAR ANTE LO QUE NOS MOLESTA DE LOS DEMÁS?

En vacaciones, que en teoría es un tiempo para descansar, posiblemente es cuando más agotados estamos. Y cuando una persona está muy cansada es muy difícil que pueda aguantar  con paz  y sosiego los defectos ajenos que nos molestan. Muchas veces la falta de caridad hacia los demás es fruto de nuestro agotamiento que nos impide controlar las reacciones airadas. Por eso es conveniente no olvidar que, ante los defectos de los demás que nos incomodan, debemos:
 1. Hacer el esfuerzo de negarnos a nosotros mismos. El temperamento airado busca la propia conveniencia, la facilidad, la comodidad y el placer. Cuando esto no se logra se produce el  mal humor.
2. No exageremos  las faltas de los demás porque nosotros  también tenemos las nuestras. No esperemos que la gente sea perfecta cuando  sabemos  que  nosotros tampoco lo somos.
3. Mantengámonos en silencio. En estas ocasiones si hablamos solemos estropearlo.
4 Concedamos a los demás el beneficio de la duda: posiblemente no  tengan  mala intención.
5. Recemos por nosotros y por los otros: para que el Señor nos dé tranquilidad de espíritu y nos haga ver a los demás como  El los ve, es decir, con compasión.

EL ECO


EL ECO
 
Un hijo y su padre estaban caminando en las montañas. De pronto el hijo se cae, se lastima y grita: "Ahhhh!!".
 Para su sorpresa, oye una voz repitiendo en algún lugar de la montaña: "Ahhhh!"
 Con curiosidad el niño grita: "¿Quién está ahí?"
 Y escucha: " ¿Quién está ahí? ".
 Enfadado con la respuesta, el niño grita: "¡Cobarde!".
 Y recibe de respuesta: "¡Cobarde".
 El niño mira a su padre y le pregunta: "¿Qué sucede?"
 El padre le contesta: "Presta atención hijo". Y grita: "¡Te admiro!".
 Y la voz responde: "¡Te admiro!"
 "¡Eres un campeón!"
 "¡Eres un campeón!"
 Y el padre le explica: "la gente lo llama ECO, pero en realidad es… la VIDA... que te devuelve todo lo que haces... ¡¡Si no te gusta lo que recibes de vuelta, revisa muy bien lo que estás dando!!".